08/ 09/2010
Mariela Di Paoli
Uno de los cronistas de la clase pasada comienza a leer la crónica. En un momento Juan Pablo interrumpe preguntando sobre esto de “que fue un tanto tensa”, en relación a lo que se iba leyendo. El compañero que lee la crónica le explica su postura al respecto.
Surge algo en relación a lo familiar, a lo naturalizado según lo que relataba la crónica de lo ocurrido la clase anterior. Juan Pablo interviene. Se termina de leer la crónica. Juan Pablo interviene nuevamente, y pregunta qué registro nos quedó de la clase pasada... qué pensábamos de la crónica.
Verónica comenta que no le había quedado el mismo registro de lo que leyó en la crónica y lo que vio.
Un compañero opina lo mismo sobre ese registro, y comenta que luego de la clase tuvo una charla con su compañero y se quedó pensando, y eso lo llevo a leer los textos. Juan Pablo le pregunta que textos leyó. Apareció lo interesante que había ocurrido en relación a los mails enviados sobre la crónica, testimonios, hoja de ruta…me sorprendió la escasa repercusión que eso tuvo en la clase.
El compañero lee una definición del texto de Lewkowicz, otra compañera comenta que le encanto el texto de Guattari.
Luego alguien lee una definición de subjetividad de Lewkowicz…se produce un silencio, y se escucha: “si no leíamos los textos nosotros, no los iba a traer nadie”, y comenta que sentía que no podía acompañar a quien comenta un texto, sin una lectura previa.
A la compañera “especialista en Ulloa” (como la designa Juan Pablo), se dirige su pregunta, ¿Cómo te sentiste?...rescatando esto de leer y que nadie te acompañe.
Responde que mal, y cuenta que ella lee para algo, pretende que los demás se enganchen, y que estos textos no los leyó con tanto entusiasmo, total nadie hace eco.
“No te hacíamos la segunda”, agrega Juan Pablo.
Se cuestiona lo que la crónica relata y lo que realmente pasó, alguien comenta que en esta no hay opiniones, uno de los cronistas explica qué le paso al momento de hacerla. Otro le dice, que es entendible…y continua la incógnita de cómo se debe hacer una crónica…sale algo como que hay “cero posición”, y que es “muy jodido” dice Verónica.
Se cuestiona esto de hacer la crónica de a cuatro personas. Juan Pablo y Verónica proponen hacerla de forma individual…surge el involucrarse al escribirla.
Vuelve el tema sobre qué quiere la cátedra acerca de la crónica, el no saber si se trata de contenidos, de sensaciones, opiniones…
Se comenta que la crónica leída parece una crónica apuntada a un punto de clima, cada elemento que se dispersaba estaba registrado, a mi me pareció interesante.
A una compañera que venía de otra comisión, le llamó la atención esto de hacer la crónica en grupo.
Se habla del dinamismo, de la intensidad de la clase pasada...y se producen silencios.
“¿Qué hacemos? ¿Seguimos hablando de la crónica?”... “ya estoy aburrido”-comenta Juan Pablo.
Nadie responde.
“Demasiada vuelta a lo que hubo, a lo que pasó”- comenta Verónica.
Seguido, Juan Pablo retoma con intención de hablar de los textos, aprovechando que algunos habían leído.
Un compañero da una opinión sobre la definición de Guattari, otra compañera lee algo de Lewkowicz…se habla de la subjetividad.
Sigue el compañero leyendo sobre subjetividad.
Interviene Juan Pablo preguntando cómo relacionamos la teoría y la práctica, como lo pensamos… (Silencios)…una compañera pide que se relea el fragmento del texto que el compañero había leído para pensar esa pregunta.
Alguien opina sobre aquello leído…creo que por pensar en eso me perdí ese comentario.
Observo que cuando se comienza a hablar de los textos, muy pocos participan.
Juan Pablo le pregunta a una compañera qué pensaba…a lo que ella responde que intentaba cachar algo. Se vuelve al tema de la facultad, retomando lo debatido la clase pasada.
Un compañero expresa que no dijimos cosas buenas sobre la facultad, y lo relaciona con algo que leyó de Lewkowicz…luego alguien pregunta si en el discurso no está la subjetividad, aclara que no había leído los textos y se cuestiona si el paso por la facultad no es literalmente una carrera…y que está cansada de correr.
En relación a esto, otra comenta que así se pierde el proceso...y se pregunta qué hacer.
Juan Pablo agrega: “y el placer también”…
Silencio.
En este momento yo también me quede colgada, pensando en esto del placer.
Se debate el tema de los tiempos…y que la facultad gusta, cursar gusta, pero…
Otro dice que es mejor pensarlo como camino y no como una carrera. Se discute sobre eso.
Surgen temas como el contenido de las materias, cómo se transita el camino, Verónica trae a Lewkowicz con su idea de “tolerar situaciones”.
Por segunda vez aparece la palabra “vida” en lo que alguien dice… “Como que se padece” se escucha por ahí.
Salen las presiones, me presiono…la institución me presiona…el campo de la subjetividad esta en el medio de todo esto, comenta Juan Pablo.
Mientras, se continúa hablando de los tiempos y lo que se pierde.
“Depende de uno” tiro Verónica… (Yo sentí al menos, que lo tiró…esperando algo).
El compañero vuelve con el texto de Lewkowicz…
Una compañera trae el texto de Bozzolo, sobre Subjetividad y Sujeto, le pide al profesor que explique un párrafo, a lo que él trata…da un intento de explicación sobre sujeción, subjetividad. Luego se cita a Ulloa…de repente, la clase gira en torno a cuatro o cinco que leyeron los textos.
A su vez, otra compañera se identifica con un párrafo de Bozzolo, cuenta porqué se identifica…y dice: “que uno siente que la situación lo lleva hacia una vida que no quiere llevar” (o algo así)…y vuelve a surgir la “vida” en lo académico…
Otro pensó algo en relación a Ulloa…mientras una compañera se retira del aula.
Alguien trae a Castoriadis con la idea de la caída de significaciones, que en realidad el tema es que no hay surgimiento de nuevas significaciones. Y lo que la sociedad disciplinaria nos impone…surge la idea de crisis, variedad, multiplicidad…
Tensión…ideales…mandatos…lo que queremos, lo que se impone… en relación con la caída de las significaciones.
Surge el placer nuevamente, lo trae Verónica, y se produce un silencio.
Alguien dice que cuando se habla de placer todos se callan. Juan Pablo destaca que la compañera hizo una lectura sobre lo que pasó con el placer.
Y con esto, otra compañera expresa su desacuerdo, comenta que hay otros silencios… y que no tienen ninguna tonalidad particular.
Aparece la noción de Grupo, el problema de pensar a un grupo. ¿Estamos todos en la misma? Estamos en el grupo, escuché. Me quedé pensando si eso fue una afirmación o una pregunta…creo que es una pregunta que aun sigue abierta.
Sale la queja, el disfrute, el encuentro.
Surgen las elecciones, el trabajo, el placer (nuevamente).
De repente un compañero dice “chau” a alguien que se va… “presiento que algo se me fue”, comenta. Se oyen risas.
Una compañera se va y saluda…en relación a lo anterior.
Juan Pablo da con la escena de la compañera que se retiró del aula, y que el compañero dijo chau. “Somos grupo”… (Otra vez no recuerdo si fue una afirmación o una pregunta).
Alguien pregunta “cómo va el partido de estudiantes”…risas…
Y ahí engancha la subjetividad contemporánea, en el sentido que hoy se permiten estas cosas, de estar pendientes del fútbol, por ejemplo, cuando antes, en las sociedades disciplinarias esto no estaba permitido.
Sale lo copado de la cadena de mails.
Ya finalizando la clase, un compañero invita a hablar a todos, “no soy la cátedra”, dice, pero invita a que todos hablen y otro le dice, que tal vez los que no hablan es porque no tienen ganas o no les importa.
Nuevamente una compañera trae la definición de Lewkowicz…citando la idea de “los recursos disponibles”…va con lo que estamos pensando.
Juan Pablo propone que leamos el texto de Lewkowitz “Suceso, situación, acontecimiento” y que pensemos la idea de acontecimiento.
Se pregunta si queremos ir en semana de examen, pero como muchos rinden se acuerda que no. Juan Pablo plantea la idea de armar un blog o algo así…y algunos murmuran…sobre quien sabe o no hacerlo. Y nos retiramos.
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