martes, 5 de octubre de 2010

Crónica nº5

CRONICA 29/09/10
Por Gabriela
Comenzó la clase con una falta de atención generalizada, como que nos rehusábamos a empezar. Juan Pablo y Verónica nos llaman varias veces para que nos metamos en “situación”. Preguntan por primera vez quienes van a ser los cronistas, a lo que Alexis accede. Como seguimos cada uno en la suya Juan Pablo pregunta “¿Tendrá que ver con lo que pasó el sábado?” con la jornada, expresa que él sintió muchas cosas. En relaciona a esto trae a colación un comentario que estaba en la crónica pasada de Ornella y que aludía a que en la jornada nos íbamos a tocar y estaba bueno, de nuevo esperando alguna repercusión en nosotros (pero esta vez explicitándolo), preguntándonos si no nos asusta que alguien nos diga que nos vamos a tocar. Hay alguna repercusión a esto pero no logro recordar que fue lo que se dijo. Juan Pablo dice que hay crónicas, jornada, trabajo, ¿con que empezamos? ¿por dónde andan?. Hay un clima… raro (lo registré así). Se pregunta otra vez por los cronistas faltantes, que es ahí cuando me ofrezco (ya había empezado a cronicar, me pregunté después por que había hecho esto) ¿Quién más? pregunta Juan Pablo. Silencio. “No te dan bola Natalia” (ella había sugerido que busquemos los cronistas antes que siga transcurriendo la clase). Y Natalia dice no entender que cuando alguien hace una pregunta el resto se quede callado. “No tolero el silencio, me siento incómoda. Ahora no porque ya la hice” (refiriendo a la crónica y recordando que por eso fue la primera en ofrecerse para hacerla). Otra compañera (creo que fue Rocío) dice que es una experiencia copada, que no tenía tiempo ni ganas pero trató de hacerla el mismo día (que estaba cronicando). Se habla de lo que sentís y te acordás cuando haces la crónica. Mi postura fue que todos sabíamos que al inicio de la clase se tendrían que designar tres cronistas, era así una de las “pauta” de la cursada (creo que finalmente fue por eso que me ofrecí para hacer la crónica, no quería que me designe el azar) Lucas dice ni en pedo la hago, algún día tendré ganas y la haré y si no me van a obligar. Rocío expresa “vuelvo a decir que estaría bueno que ustedes hagan la crónica” y Juan pablo le contesta que ni en pedo va a hacer una crónica para que más de medio curso no haga, no va a ser de sostén ni de parche. Aludiendo a lo que pasaba en ese momento y por un comentario de Juan Pablo Lucas dice “¿a lo que acá sucede o acontece?”. Seguimos inundados de silencio lo que hace decir a Natalia “¡chicos por mi salud, por Dios!”. Verónica también expresa que es re aburrido y está deseando que alguien levante la mano. Alguien pregunta si es un obstáculo para seguir que no haya cronista, Ulises cree que el desafío es que la hagan los profes generando posturas compartidas y no tanto. En ese momento se designa a Romina como tercera cronista (por elección de un número, ¡perdón!)
Ivana comenta que pensó que iba a ser más fluida esta clase (aludiendo a la jornada que la mayoría habíamos vivenciado el sábado, cosa que yo también esperaba). Con respecto a la jornada dice haberse sentido como en un viaje de egresados, fue su sensación. Estaba feliz. Una compañera que no pudo asistir indaga sobre lo ocurrido ese día. Lucas expresa que es imposible explicarlo; Natalia que eran consignas más o menos iguales, lo sintió como de a dos o grupal (cada consigna). Ivana explica un poco más sobre los ejercicios de confianza, de cerrar los ojos… (Yo definiría a la jornada como un espacio que nos permitió ponernos en contacto con nuestro cuerpo y con los otros; haciéndonos vivenciar situaciones inesperadas, propias de la clínica y ofreciéndonos herramientas que nos permitieran pensar más allá de la palabra. Por otra parte fue un espacio distinto, de juego al que personalmente disfruté mucho) Lucas dice “nos tocamos con una chica, era genial” (jajaja). Marianela diciente y dice que “fue una fea sensación, lo estoy procesando. Me pregunta muchas cosas, capaz que le quiero poner un porqué y no tiene un porqué. Me sentí con esa obligación de que si yo no pasaba nadie pasaba y tenía que pasar yo”. A Diego le sorprende un poco esto porque estuvo en el mismo grupo que Marianela y dice que no se la vio incómoda. Para Ivana el clima era relajado, no obligaban a pasar a nadie. Otra compañera que estaba en el mismo grupo le pasó todo lo contrario, no se sintió obligada. Marianela cuenta que “necesita implicarse. Si no lo hago yo… mejor me callo. Me la voy a tener que bancar”. Ulises comenta que en el teórico hablaron de esto, “me fui con bronca, no quería participar. No se involucraban, si no les gusta váyanse”. Ivana dice que por ahí te miraban y te decían hablá vos, pero que ella no se sintió incómoda. Nuevamente Ulises interviene diciendo que le molesta que no se contribuya a la actividad, que se puede participar o no participar, pero que se puede aportar. Verónica refiriéndose Ulises y su silencio en la clase pasada le dice que se fue preguntándose el porqué de ese silencio, le parecía que él estaba verdaderamente ahí. Ulises expresa que el silencio es un mecanismo de defensa y que uno como psicólogo debe rastrear ese mecanismo; Juan Pablo aporta que Ulises se quedó en silencio pero estaba re caliente, no estaba desimplicado. Otra compañera comenta sobre la jornada que se fue pensando muchas cosas, que se relajó y no tenía registro del tiempo. Transitó situaciones movilizantes, y que hoy no porque quería comentar su experiencia, pero se ofreció para hacer una de las crónicas de la semana que viene.
Otra compañera contestándole a Ulises dice siente un tono agresivo en él desde la primer clase, que ella no habla y no por eso no quiere decir que no está implicada. Que por ahí no habla porque es así, pero que cree que en su trabajo se va a implicar. Ulises expresa que uno puede estar callado, pero si todos aportamos es mejor, en vez de que hablemos u opinemos cada uno afuera (de la cursada). Esta misma compañera le responde que ahora habla porque está en desacuerdo con él; y Ulises le responde que está compartiendo lo que no comparte, otra compañera dice que está compartiendo desde la diferencia. Se habla de lo que es la “enfermedad” a la que refirió Ulises en la primera clase, algunos dicen que choca esa palabra, se discute si es o no agresiva. Juan Pablo nota que Marianela en todo este embrollo se estaba riendo e indaga por el motivo, ella dice que es una defensa… “¡le dijo demente!” y estalla una risa generalizada (no se bien como venia la discusión pero alguien dijo vehemente y Marianela entendió demente) y Ulises retoma y dice que el miedo es ese, que te digan demente.
Juan Pablo volviendo a aquel tema de la enfermedad comenta que le pareció raro que nadie haya saltado esa vez, que esa postura no tiene nada que ver con la clínica. Cuando te dice algo el otro y te jode hay que decirlo. Verónica puntualiza dos cuestiones, una que tiene que ver con las condiciones que se dan ahora para responderle (yo interpreto como que hay más confianza, nos sentimos menos inhibidos); y otra con el estilo, que no tiene que ver con que me gusta o no como habla, sino con el estilo personal de intervenir. Se le pregunta a Ulises el porqué de su enojo con la gente y dice que era porque veía gente que se hacía cargo de la gente que callaba. Otra compañera dice que la clase de hoy gira en torno al silencio y que eso tiene algún efecto.
Ivana expresa en relación a la jornada que fue una sensación buena, con nosotros, los profes, distinto con lo que venimos. “Salir de ser el estudiante de ir, copiar, ni saludarte. Somos personas, tenemos cuerpo… nos conecta como humanos. Fue re humano ver que cada uno es una persona. Esa enfermedad dice Ulises, es como lo interpreto yo”. Natalia dice que notó el cambio no desde la jornada sino desde que decimos los nombres. Y proclama que los silencios son necesarios a veces (cuestión que pasó desapercibida). Otra compañera dice haberse quedado con la enfermedad, que escuchó a Ulises en el plenario (de la jornada) y le pareció que expresaba como un padecimiento, como que él traía algo que tenía que decir, a lo que Verónica disiente que sea solo la neurosis de Ulises. Por su parte Juan Pablo comenta que sería el chivo, que se escucha la enfermedad y se pierden otras cosas. Parecería que Ulises es una función más que una persona, él es el que dice cosas fuertes. Verónica dice por eso hablar de estilo. Su estilo, su forma.
Lucas trae a colación algo de los nombres. Menciona que Ulises dijo que no importaban los nombres, importa lo que acontece y le pregunta qué quiso decir. Otra compañera expresa que más que lo que acontece es el estilo de cada uno, que lo importante es lo que está pasando. En cuanto al estilo le parece que está bien, pero no sabe si con él participan o no participan. Ivana dice que nunca participo en clase y ahora no sabe lo que le pasa, por ahí es la materia. Juan Pablo comenta que el prejuicio del profe se fue. Ulloa decía pasaje del estilo personal al experiencial. Se da en un dispositivo como la comunidad clínica. Y trae un ejemplo: el estilo personal es respetable como estilo personal. Ahora en un dispositivo de capacitación tendría que afinarse para que el atravesamiento por la experiencia pueda afinar el estilo personal. Diego dice en relación a actuar en función de la experiencia, que no tuvimos mucha. Juan Pablo responde que hay alguno que hace eco de su experiencia y su estilo, ¿no notaron que Natalia dijo que era bueno el silencio? Y Natalia dice saber que cumple un rol (el silencio), que genera cosas.
Juan Pablo dice ¿se acuerdan que se habló de la incomodidad? Es una sobre exigencia enorme que cada uno crea que está sintiendo lo correcto. Qué hacer con la afectación que uno está sintiendo. No hay un psicólogo al que no le produzca nada, que no tenga afecciones (en relación a la abstinencia). Plantea que en ese sentido se pensó la jornada, que fue retocada. Produjo que cada uno se conecte con sus afectaciones. Tratar de ser un psicólogo que no le pasa nada con la palabra, el llanto del otro… no pasa nunca eso. Otra cosas es pensar la propias afectaciones corporales y de ahí intervenir. El psicólogo está afectado por el acontecer, por el cuerpo y tiene que pensar que hacer con eso… Pregunta ¿me fui a la mierda? Y una compañera le dice que no, que está buenísimo (creo que a la mayoría nos gusto escuchar esto y claro nos dejo pensando) Se trae aquella anécdota de una psicóloga que en vez de ver de que nodo ella podía alojar la angustia del paciente intentó ubicarla en la teoría. Se comportaba como una alumna y no como una clínica dice Juan Pablo, y nos invita a ubicarnos como clínicos, no como alumnos. Otra compañera dice que intenta tener empatía, soportar lo que dice el otro, y Verónica que todavía no sabemos de que se trata. Sujeto de la experiencia que no es el que prever. Es un sujeto pasional, como decían no puedo calcular o prever si me río, si me afecta. Comenta también que le enoja cuando alguien dice ahí le tuve que poner el cuerpo, como si no lo pusiéramos. Marianela reflexiona que recién en quinto año pasa esto, y dice que se le vienen muchas preguntas. Verónica hablando de la experiencia, dice que no hay que pensar que va a dar una respuesta como código. Por eso se aplica la idea de situación, cómo construir cada vez
Marianela comenta que no leímos las crónicas. Otra compañera expresa la molestia porque no seamos un círculo y que le guastaría que lo fuéramos, más que nada para vernos las caras. Si no quieren hablar, no hablen dice. Alguien más dice que le chocó leer su nombre en la crónica y Juan Pablo responde “antes no habías sentido que estabas ahí”. Melina comenta que a ella le gustó pero que estaba mal, es Melina no Melisa. Creo que fue Rocío quién retoma una frese que se dijo en la primer clase: si no tenés un buen grupo te terminas peleando. Y reflexiona que nosotros tenemos un buen grupo porque hoy dijimos varias cosas y no nos peleamos.
Juan Pablo pide que los blogueros o quien sepa que mande un mail o suba al blog instrucciones (de uso, como hacer para comentar en el blog, etc.) para quienes todavía no nos amigamos con la tecnología. Recomienda también un texto que está en relación con la vulnerabilidad y afectación del cuerpo y su pertinencia para la clínica, que lo van a subir al blog o mandar por mail.
Algunos se quedan con sus respectivos grupos organizándose para realizar el parcial domiciliario. Nos retiramos.

1 comentario:

  1. Me encantó tu crónica Gabriela, creo que reflejó bastante la intensidad de la ultima clase!
    Saludos
    Ivana

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